miércoles, 7 de septiembre de 2011

Relatos sobre los agüeros de los pueblos prehispánicos

Alejandro Mora Morales

A continuación se presentan algunos datos interesantes sobre los agüeros de las culturas prehispánicas que pueden ser la causa de muchas leyendas. TOMADO DE HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE NUEVA ESPAÑA DE FRAY BERNARDINO DE SAHAGUN

CAPÍTULO IV

DEL MAL AGÜERO QUE TOMABAN DEL CANTO DEL BÚHO, AVE

l.-También cuando oían cantar al búho estos naturales de esta Nueva

España tomaban mal agüero, ora estuviese sobre su casa, ora estuviese sobre

algún árbol cerca, oyendo aquella manera de canto del búho luego se aternoriza

ban y pronosticaban que algún mal les había de venir, o de enfermedad o de

muerte, o que se les había acabado el término de la vida a alguno de su casa

o a todos, o que algún esclavo se le había de huir,

2.-o que había de venir su casa y familia a tanto riesgo que todos ha

bían de perecer, y juntamente la casa había de ser asolada y quedar hecha

muladar y lugar donde se echasen las inmundicias del cuerpo humano; y que

quedase en refrán de la familia y de la casa el decir: "en este lugar vivió una

persona de mucha estima y veneración y curiosidad, y ahora no están sino

solas las paredes; no hay memoria de quien aquí vivió".

3.-En este caso el que oía el canto del búho luego acudía al que decla-

raba estos agüeros, para que le dijese lo que había de hacer.

CAPÍTULO VI

DEL MAL AGÜERO QUE TOMABAN CUANDO VEÍAN QUE LA COMADREJA O MOSTOLlLLA ATRAVESABA POR DELANTE DE ELLOS CUANDO IBAN

POR EL CAMINO O POR LA CALLE

l.-De este animalejo que se llama comadreja, o mostolilla; se espanta-

ban y tomaban mal agüero cuando la veían entrar en su casa, o traspasar por

delante de sí, cuando iban por el camino o por la calle; y concebían en su corazón

mala sospecha de que les había de venir algún mal, o que si algún viaje toma-

sen no les había de suceder bien, que habían de caer en manos de ladrones o

que les habían de matar, o les habían de levantar algún falso testimonio;

2.-y por esto ordinariamente los que (se) encontraban con este animalejo

les temblaban las carnes de miedo, y se estremecían y se les espeluznaban los

cabellos; algunos se ponían yertos o pasmados, por tener entendido que al-

gun mal les había de acontecer.

3.-La forma de este animal, acá en esta tierra, es que son como los de

España, que tienen la barriga y pecho blanca y todo lo demás bermejo.

CAPÍTULO VII

DEL MAL AGÜERO QUE TOMABAN CUANDO VEÍAN ENTRAR ALGÚN CONEJO EN SU CASA

1.-Los aldeanos y gente rústica, cuando veían que en su casa entraba

algún' conejo, luego tomaban mal agüero y concebían en su pecho que les

habían de robar la casa, o que alguno de su casa se había de ausentar o

esconder por los montes, o por las barrancas, donde andan los ciervos y

conejos. Sobre todas estas cosas iban a consultar a los que tenían oficio de

declarar estos agüeros.

2.-Los conejos de esta tierra son como los de España, aunque no tienen

tan buen comer.

…CAPÍTULO XI

QUETRATA DEL AGÜERO QUE TOMABAN CUANDO DE NOCHE VEÍAN ESTANTIGUAS

1,-Cuando de noche alguno veía alguna estantigua, con saber que eran

ilusiones de Tezcatlipoca, también tomaba mal agüero en pensar que aquello

significaba que el que la veía había de ser muerto en la guerra, o cautivo;

2,-y cuando acontecía que algún soldado valiente y esforzado veía estas

rsiones, no temía sino asía fuertemente de la estantigua y demandábala que

lediese espinas de maguey, que son señas de fortaleza y valentía, y que había

de cautivar en la guerra tantos cautivos cuantas espinas le diese; y cuando

acontecía que algún hombre simple y de poco saber veía las tales visiones,

luego las escupía o apedreaba con alguna suciedad.

3,-A este tal ningún bien le venía, mas antes le venía alguna desdicha o infor-

tunio; y si algún medroso o pusilánime veía estas estantiguas, luego se cortaba,

luego se le quitaban las fuerzas y luego se le secaba la boca, que no podía ha blar,

y poco a poco se apartaba de la estantigua para esconderse donde no la viese;

4,-y cuando iba por el camino, pensaba que iba tras él la estantigua, para

tomarle, y en llegando a su casa abría de pronto la puerta y entraba de pres-

to, y cerraba la puerta de su casa y pasaba a gatas por encima de los que

estaban durmiendo, todo espantado y espavorido.

CAPÍTULO XII

QUE TRATA DE UNAS FANTASMAS QUE APARECÍAN DE NOCHE

QUE LLAMAN TLACANEXQUIMILLI

l.-Cuando de noche veía alguno unas fantasmas que no tienen pies ni

cabeza, las cuales andan rodando por el suelo y dando gemidos como enfermo,

las cuales sabían que eran ilusiones de Tezcatlipoca, no obstante esto cuando

veían, y los que las veían tomaban mal agüero, concebían en su pecho opinió

certidumbre que habían de morir en la guerra, o en breve de su enfermed

o que algún infortunio les había de venir en breve; y cuando estas fantasi

se aparecían a alguna gente baja y medrosa, arrancaban a huir y perdían

espíritu de tal manera de aquel miedo que morían en breve o les acont

algún desastre;

2.-y si estas fantasmas aparecían a algún hombre valiente y osado, co

son (los) soldados viejos, luego le apercibía y disponía, porque siempre

daban con sobresalto de noche, entendiendo que habían de topar algu

cosa y aún las andaban a buscar por 'todos los caminos y calles, deseando:

alguna cosa, para alcanzar de ella alguna ventura o. alguna buena fortuna,

algunas espinas de maguey, que son señal de esto;

3.-y si acaso les aparecía alguna de estas fantasmas que andaban a b

car, luego arremetían y se asían con ella fuertemente, y decíanla: "équi

eres tú?, háblame, mira que no dejes de hablar que ya te tengo asida, y no

tengo de dejar".

4.-Esto repetía muchas veces andando el uno con el otro a la sacapell

y después de haber mucho peleado, ya cerca de la mañana, hablaba la fanu

ma y decía:

5.-"Déjame que me fatigas, dime lo que quieres, y dártelo he." Lueg

respondía el soldado y decía: "équé me has de dar?" Respondía la fantasm

"cata aquí una espina". Respondía el soldado: "no la quiero; ¿para qué

una espina sola?, no vale nada".

6.-Y aunque le daba dos, tres o cuatro espinas no la quería soltar, has

que le diese tantas cuantas él quería; y cuando ya le daba las que él querí

hablaba la fantasma diciendo:

7.-"Doyte toda la riqueza que deseas, para que seas próspero en

mundo." Entonces el soldado dejaba a la fantasma, porque ya había alcanza

do lo que buscaba y deseaba.

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